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Límites


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Un límite es una frontera psicológica necesaria para salvaguardar tu espacio físico y emocional.Los límites sirven para desarrollar tu identidad, autonomía e independencia cuando eres niño. Como adultos, te sirven para desarrollarte adecuadamente en pareja, en el trabajo, en relaciones en general, de una manera equitativa y armónica.


Se deben poner límites con toda la gente para darte un margen de hasta dónde pueden llegar contigo y saber qué es lo que harás en caso de que se rebasen.


Por ejemplo, cuando vives con alguien más, sobre todo si no es de tu familia, asumes quizá que tienen tus mismas costumbres, pero puede ser que no.


Cuando vives con roomies, por ejemplo, hay que poner reglas de convivencia para que no haya problemas por las suposiciones que uno u otro pudiera tener. En caso de la pareja, también hay que platicar incluso tus costumbres de la mañana o de la noche, o si eres sociable cuando estás cansado o no, etc., para que no haya enojos o malos entendidos. En el caso de trabajo o negocio, igualmente hay que establecer claramente las cláusulas, contratos, acuerdos, etc.


Todo se puede negociar excepto las faltas de respeto o la violencia.


Las personas pueden no ser malintencionadas pero no debemos asumir que saben lo que deseamos o lo que nos gusta: la gente no lee mentes. Algo que les parece lindo o amable o que a ellos les guste, puede no ser aceptable para ti.


Los límites se deben hablar antes de que ocurra algo, pero si no lo has hecho y crees que va a ocurrir, no demores más.


Poner límites es indicativo de una autoestima adecuada. Cuando no los pones, es porque sientes culpa de ponerte como prioridad o hablar con tu verdad, o sientes que no mereces lo que quieres, o sientes que les debes algo a los demás, o que si pones límites, no te van a querer. Pero en realidad ocurre lo contrario. Cuando te amas y pones límites, y sabes quién eres, y la gente sabe bien qué puede o no hacer contigo, es más fácil que se acerquen a ti las personas correctas.


Cuando tienes una autoestima baja, no pones límites, y generas parejas o relaciones abusivas de todo tipo. También puede ocurrir que la gente no se te acerca porque no sabe qué puede esperar contigo.


Para poner límites adecuados, te puedo dar los siguientes tips:


1. REFLEXIONA.- qué te gusta / qué no te gusta; qué aceptas / qué no es aceptable; qué requieres / qué no es importante para ti. Luego de pensarlo, ponlo por escrito.

2. SÉ PROACTIVO, NO REACTIVO – di las cosas antes de que lleguen a tu límite y explotes

3. ¿CÓMO COMUNICAR?

· Asertivamente

· Clara y calmadamente

· Centrando lo que dices, en ti

· Sin culpar o criticar al otro

· Cuanto antes. Nunca es tarde para poner un límite. Explica el por qué del cambio.

4. CONSECUENCIAS.- establece qué va a pasar si tus límites no son respetados (y cúmplelo)

5. Pide a la otra persona que haga lo mismo, o ábrete a negociar

6. Busca el momento oportuno para hacer esto tranquilamente. Hay límites que pueden ser del tipo “No gracias, prefiero no hacer tal cosa”, pero hay otros que deben ser firmes e inmediatos: “¡No!, Deja de hacer eso”

7. TEN PACIENCIA.- puedes tener que recordarle tus limites a las personas varias veces

8. SE CONGRUENTE.- no puedes pedir, por ejemplo, a alguien que no te grite, si tú lo haces, o que respete tu tiempo, cuando tú eres impuntual.


Cuando dices que sí a todo, pregúntate ¿Dónde quedas tú? Una parte de poner límites también parte de saber establecer tus prioridades. Cuando te pones tú en el lugar principal en tu vida, aumenta tu autoestima. Cuando no lo haces, te enojas y resientes a las demás personas, pero también sientes enojo hacia ti, por no saber hablar a tiempo y atreverte a decir o hacer lo que realmente quieres.


Frecuentemente, la razón para no poner límites es porque no quieres parecer egoísta, pero esto debe ser parte de tus necesidades y prioridades. Puedes dar lo mejor de ti cuando estás bien y contento. Recuerda que tus límites personales protegen la base de tu identidad y tu derecho a elegir.


Un límite NO es una barrera, no es para asilarte, es para poner claras las reglas del juego.


No son para defenderte de los ataques, son para permitirte vivir libre y feliz.


BENEFICIOS DE PONER LÍMITES


1. Te cuidas más a ti y esto impacta en tu entorno (tienes más energía, estás más contento)

2. Te vuelves un mejor amigo o pareja. Al decir sí o no a lo que realmente quieres, dedicas tu tiempo a lo que realmente te interesa – tienes más tiempo para ti, lo cual te ayuda a crecer como persona y a dar lo mejor de ti (no te llenas de compromisos que te drenan energía pero no te aportan nada personalmente)

3. Confías más en la gente. Al poner límites, confías en que la gente los respete y esto debe ser mutuo. A la larga se fortalece la relación

4. Te vuelves más comprensivo y compasivo contigo, y por lo tanto, con los demás.

5. Eres más consciente de ti mismo en cuanto a tus pensamientos y emociones. Te auto reconoces sin tener que depender de los que otros te digan únicamente

6. Te estresas menos. Sin límites, las necesidades de los demás a veces definen cómo te vas a comportar tú, lo cual no es bueno para tu bienestar pues absorbes el estrés ajeno y esto provoca agotamiento físico y mental.

7. Mejoran tus habilidades de comunicación.

8. Te sientes menos enojado

9. Haces lo que quieres


¿POR QUÉ NO FUNCIONAN LOS LIMITES?

La asertividad es un prerrequisito para establecer límites efectivos y no es fácil. Siempre trae un riesgo e implica tener una postura definida respecto a quién eres, qué estás dispuesto o no a hacer y a cómo quieres ser tratado y respetado en tu relación.


Empezar a trabajar estos temas, te va a ayudar a hacer consciencia de tus valores, tus sentimientos y tus necesidades. Puede parecer difícil ser asertivo cuando tienes culpa o vergüenza y baja autoestima. Para los codependientes, es especialmente difícil porque no saben lo que sienten o necesitan y aunque lo sepan, no valoran sus necesidades, sentimientos o deseos y ponen los demás como prioridad, se sienten ansiosos y culpables si piden lo que quieren o necesitan, no creen que tienen derechos y tienen temor a enojar a los demás o que los juzguen. Les da pena sentirse vulnerables y mostrar sus sentimientos al pedir lo que desean.


Temen perder el amor, amistad o aprobación de los demás, y no quieren ser una carga. En vez de comunicarse asertivamente, se comunican siendo pasivos, molestos o agresivos, críticos o culpando a los demás, lo que provoca agresión por parte de los demás o indiferencia (por eso mencioné antes que cuando pones límites, tu actitud cambia y tus relaciones con los demás mejoran, pues todo es más claro)


SI NO FUNCIONAN TUS LÍMITES, REVISA LO SIGUIENTE:


1. Tu tono no es firme o es crítico o estás culpando al otro de la situación

2. No hay consecuencias si no se respetan tus límites

3. Te echas para atrás cuando te agreden o te cuestionan, más cuando te amenazan, se burlan de ti, o te responden con comentarios tipo “¿Quién te crees que eres para decirme qué hacer?”, “Eso es egoísta de tu parte”, “Me quieres controlar”, etc

4. Tus consecuencias parecen más amenazas irreales o atemorizantes como para que las lleves a cabo. Por ejemplo: “Si haces eso, me voy”

5. No aprecias lo suficiente tus necesidades y valores

6. Empatizas demasiado con el dolor de la otra persona (o te dejas manipular)

7. Insistes en que el otro cambie. Las consecuencias no son para castigar a alguien o cambiar su comportamiento. Más bien, requieres cambiar el tuyo.

8. No tienes un sistema de apoyo que te respalde

9. Tus palabras y acciones se contradicen. Recuerda que las acciones hablan más fuerte. Por ejemplo: le dices a tu vecino que no venga sin avisar, pero lo invitas a pasar cuando lo hace. O le dices a tu pareja que no te hable un rato porque estarás ocupado, pero sigues contestándole sus mensajes en este tiempo.


Como conclusión, quizá te parezca difícil establecer límites en alguna área de tu vida más que en otras, quizá todas te causen problema…pero vale la pena que trabajes en tu autoestima, que te preguntes por qué la dificultad, y aprendas a comunicarte asertivamente para lograr vivir cómoda y felizmente, comprometiéndote con las actividades y personas que realmente quieres, recibiendo el respeto y el trato que te mereces, y administrando tu tiempo y energía como mejor te parezca.


Recuerda que todo cambio en tu vida trae consecuencias. Es posible que tengas que enfrentar la reacción adversa de alguna persona, pero no te preocupes, siempre quien quiere una relación sana contigo, aceptará tus límites o pedirá negociarlos, y busca esto, para que toda situación sea ganar – ganar.


Si requieres ayuda para trabajar en tu autoestima o en el establecimiento de límites, no dudes en llamarme, tengo muchos recursos que pueden servirte.

GABRIELA BENÍTEZ COACH

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