Un Propósito en la Vida
- Gabriela Benítez | COACH
- 23 may 2016
- 3 Min. de lectura

Con frecuencia, en pláticas tanto con amigas como con pacientes y clientes, hay un tema que sale a colación y este es el propósito de vida – o la falta de propósito.
Me da mucha tristeza y al mismo tiempo asombro, encontrarme con personas indudablemente inteligentes y que en apariencia “les va bien”, pero que sienten que su vida no va hacia ningún lado, o que no se sienten satisfechas con lo que hacen.
Y es que esto definitivamente no es un asunto de inteligencia, sino que involucra cosas que normalmente no “nos enseñan”. Son cosas que el sistema en el que vivimos nos hace ignorar o hacer a un lado, por ponernos prioridades que la sociedad considera más importantes….lo malo es que si solo hacemos caso a la sociedad y dejamos de oírnos a nosotros mismos, empezamos a sentirnos mal…quizá deprimidos, ansiosos, cansados siempre….e incluso llegamos a enfermarnos.
¿Y cuál es la solución?
Es algo tan fácil o tan difícil como lo queramos hacer. Es fácil, porque la respuesta está en nosotros mismos, en nuestros deseos más profundos, en nuestros gustos más añejos, en nuestros habilidades, en lo que nos emociona hacer. Es difícil porque la mayoría de las personas no estamos acostumbradas a estar en contacto con nosotros mismos, no nos preguntamos qué es lo que de verdad queremos, qué es lo que nos gustaría hacer, no damos crédito a nuestros sueños, no nos permitimos ni siquiera tomarnos a veces unos momentos o unas horas para hacer lo que gozamos, para aprender lo que nos hace felices.

Nos han enseñado a creer en los roles que nos impone la sociedad, pero yo pienso que un ser humano es tan complejo, que no puede caer solo en un rol. Los gustos, las aficiones y los intereses, van cambiando en cada etapa de nuestra vida, y deberíamos permitirnos perseguirlos en lo posible. A veces pensamos que porque hemos estudiado una carrera, en eso debemos seguir, aunque ya no nos guste. Otras veces, pensamos que por ser madres, ya a eso debemos dedicar la vida entera. Y el hecho es que no se trata de zafarnos de nuestras obligaciones, sino de ampliar nuestras perspectivas, volvernos más ricos como seres humanos, tener más recursos, más experiencias, y seguir explorando nuestro interior.
Otro error en el que caemos es que no hacemos un plan específico para nuestro tiempo. Es buena idea hacer un plan anual de lo que queremos lograr, poniendo todo lo que queremos hacer, pues asignándole tiempos reales a nuestras obligaciones, podemos ver la manera de organizarnos para que nuestros deseos y placeres tengan sitio en nuestra vida.
Una buena herramienta también es la visualización de algo concreto. Vale la pena tomarnos el tiempo para hacer un collage o por lo menos llenar una caja con imágenes o representaciones de todo aquello que deseamos lograr, para que todo eso no se quede solo en ideas, sino que vaya tomando forma.
Cuando creemos que no tenemos tiempo para nada, es justamente cuando debemos hacer un alto y ver qué tanto de todas esas actividades que ocupan nuestro tiempo y que nos agobian tanto, son urgentes, cuáles son importantes y cuáles simplemente podemos dejar para después. Hay que hacer una buena revisión de dichas actividades, y de plano, eliminar lo que no nos haga felices. Aun en los horarios más caóticos, podemos hacernos un pequeño espacio para respirar, para estar en contacto con nosotros mismos. El simple hecho de darnos media hora para hacer lo que nos llene el corazón. Incluso este corto tiempo que nos demos para contactarnos con nosotros mismos, nos dará la fuerza necesaria para sentirnos en paz, para sentir que estamos haciendo algo de provecho con nuestra vida.

Una vez que hagamos esto y que empecemos a darnos cuenta cómo el Universo va acomodando las cosas y nos va sorprendiendo abriendo nuevas ventanas una vez que empezamos a contactarnos con nosotros mismos, podemos ir ordenando nuestras ideas y nuestros sentimientos, veremos que hay actividades que nos van llamando más la atención, más caminos que queremos empezar a recorrer, que posiblemente nos lleven a nuestro auténtico propósito en la vida.
Comentarios