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¿Cuál es la diferencia entre sanar y curar?


Sanar y curar no es lo mismo. Y es importante entender la diferencia, y hacérselas saber a los pacientes que acuden a consulta. Mucha gente busca sentirse bien, eliminar los síntomas. Esto es CURARSE. Cuando entendemos que todo síntoma físico tiene su origen en algo emocional, la cuestión cambia, pues no sólo se trata de tomar una pastilla, o incluso hacernos una cirugía para quitar la molestia, sacar el tumor, corregir el problema, sino que tenemos entonces que empezar a ver más allá de lo físico. ¿Qué es lo que provoca esa gripa? ¿Por qué surge el cáncer, la diabetes, la artritis? ¿Por qué tengo alergias? ¿A qué se deben los dolores de cabeza? Nuestro cuerpo tiene una forma de decirnos lo que no hemos querido escuchar de nuestro espíritu en mucho tiempo. Cada enfermedad o síntoma significa algo. Cada parte del cuerpo nos da el mensaje que necesitamos escuchar. Pero muchas veces no queremos o no podemos.

Las nuevas corrientes de medicina holística no dudan en considerar a la medicina alópata como un excelente recurso para cuestiones de emergencia, para eliminar los síntomas de inmediato. Pero también insisten en el uso de otros recursos para ir más allá del síntoma, para descubrir realmente el mensaje que nos quiere transmitir el cuerpo.

Para esto, podemos usar muchos recursos, como Reiki, Flores de Bach, hipnosis, regresión, terapia psicológica, coaching, etc. Y a la par, usar técnicas de alimentación y ejercicio para poder recuperar el equilibrio, y con esto, no solo CURARNOS, sino también SANAR.

Mucha gente al venir a terapia de Reiki cree que mágicamente va a sanar, pues conocen los grandes beneficios que éste trae, pero aunque el recibir Reiki ciertamente ayuda mucho, el trabajo interno es de vital importancia. Si la persona insiste en creer que “todo está bien”, o que “no recuerda nada fuerte en su vida”, o “no tiene ningún enojo o resentimiento hacia nadie”, se está negando a abrir los ojos a su realidad, a conocerse realmente, a verse tal como es, con sus luces y sus sombras, pues el odio, y el resentimiento no son aceptables (¿cómo alguien tan bueno como yo puede sentir enojo hacia mis padres?, por ejemplo).

Cuando esto ocurre, yo sugiero utilizar recursos como regresión (para descubrir el momento en que surgieron los síntomas, recordar la emoción o trauma que dispararon esa enfermedad) y flores de Bach tanto para ayudar con la restitución de la energía y el orden celular, como para que la persona se sienta más animosa, energética y que pueda darse cuenta de las cosas, al tiempo que modifica rasgos de la personalidad que pudieran estarle ocasionando dichos síntomas)

Hay veces que el trabajo es inconsciente, o en otros niveles más elevados de consciencia, la sanación ocurre, los síntomas o enfermedades incluso graves como cáncer, diabetes, etc., desaparecen…..y surgen los “milagros”.

Muchas veces esta sanación total no ocurre, o no ocurre al grado que el paciente quisiera. Pero el hecho de estar trabajando en sus temas conflictivos ayuda mucho. Su nivel de vida al empezar a hacer cambios seguramente mejorará, y no hay que desesperarse o desanimarse al ver que este proceso no es rápido. También hay que entender que hay veces la enfermedad está en nuestro plan de vida como una lección que nos enseñará muchas cosas (paciencia, tolerancia, aceptación, etc.), pero aún en estos casos, absolutamente todos los esfuerzos que se hagan por estar mejor, todo el trabajo interno y energético que se haga, tendrá como resultado un gran avance a nivel del alma.

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