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Intuición


Continuamente estamos siendo bombardeados de información. A través de nuestros sentidos, recibimos al mismo tiempo muchísimos olores, sonidos, imágenes, pero obviamente, si fuéramos conscientes de cada uno de estos detalles, nos volveríamos locos. Nuestro cerebro filtra lo “innecesario”, que es aproximadamente el 95% de toda esta información, y nuestro consciente se queda con el resto.

La intuición es una forma de comunicación sutil que se da mediante la conexión contigo mismo. La palabra intuición viene del latin “intuitio”, que se traduce como “mirar hacia adentro” o contemplar”.

La intuición es un conocimiento directo e inmediato que surge sin la intervención de la deducción o del razonamiento y es evidente. No puede explicarse ni verbalizarse. Quizá puedas relacionar ese conocimiento o información con experiencias previas, mas eres incapaz de explicar por qué llegas a determinada conclusión o decisión. Es muy probable que en este proceso intuitivo, tenga que ver nuestra mente subconsciente, que ha guardado toda esa información que nuestra mente lógica y consciente ha considerado intrascendente, y en el momento en que necesitamos más información, de ahí la sacamos.

Usando tu intuición puedes saber lo que los demás están pensando, te das cuenta de sus intenciones, sientes la vibra de un lugar y puedes conocer una realidad más profunda, sutil y verídica. Tu mente subconsciente puede detectar cambios mínimos en un lugar, en los gestos de una persona, detalles que para nuestra mente consciente pasan desapercibidos, pero que tu parte sabia considera como “focos rojos” que te pueden ayudar en un momento dado.

Carl Jung explicaba que la intuición procede de una conexión de la conciencia con las capas más profundas del inconsciente, no solo personal sino también colectivo.

El inconsciente colectivo es una auténtica base de datos: acumula todas las experiencias del universo y la humanidad, por lo que están en posesión de una cantidad de información y conocimientos enormes, que no has adquirido por ti mismo, sino que has heredado de tus antepasados.

Otras fuentes no le llaman inconsciente colectivo, pero sí aluden a un nivel dimensional donde “habitan” todos los pensamientos y emociones de la humanidad. Es por eso, que muchas veces, se les ocurre la misma cosa novedosa o invento genial, a dos personas en polos opuestos del mundo. Simplemente, accedieron al mismo tipo de información, que en realidad está ahí al alcance de todos.

La finalidad de la intuición es darte sabiduría y asistirte en la creación de soluciones. El contenido de la intuición refleja nuestras preocupaciones y surge como una respuesta que nos impulsa para seguir adelante.

Si observas mucho y sin prejuicios, tu cerebro tendrá el material que necesita para intuir. Una vez recogida la información, dale tiempo a tu inconsciente para que trabaje por ti

Después, solo necesitas confiar y escuchar. Alguien que pide opinión para todo lo que hace, no confía. Necesitas ser tu propio guía, hacer las cosas como tú dices, no como te las digan, y luego escucharte y escuchar.

La confianza colabora contigo para detener al enemigo más grande de la intuición: la duda. Una forma de poder escuchar más a nuestra intuición es por medio de la meditación, o practicando el “mindfulness” o incluso, simplemente, dándote un momento para entrar en silencio, contactarte con tu interior y simplemente escuchar. Hay veces que la intuición nos manda mensajes a través de ideas, sueños, imágenes pero también hay que poner atención en el cuerpo. Fíjate bien la próxima vez que estés en una situación incómoda. ¿Cómo reacciona tu cuerpo? ¿Dónde sientes tensión? ¿Hay algún dolor? Puede ser que en otra ocasión, al repetir las cualidades de esa situación, vuelva a ti esa reacción fisiológica: tu cuerpo te está tratando de ponerte alerta, de decirte que algo no anda muy bien, quizá mucho antes de que tu mente consciente se dé cuenta.

Te invito a que esta semana experimentes con tu intuición. Cuando tengas que tomar una decisión, respira profundo, y siente tu cuerpo, escucha. ¿Qué sientes? ¿Hay alguna incomodidad, alguna emoción negativa empieza a asomarse? O bien, ¿sientes emoción y dicha en tu cuerpo? ¿Que SIENTES que debes hacer? Trata de hacerle caso a estas corazonadas, verás que dándole crédito a tu intuición, ésta será cada vez más fina y más precisa.

Date cuenta cuando algo no te late, por alguna razón que quizá de principio no logres aclarar, va a acabar saliendo mal, o por lo menos no como estaba planeado. O bien, cuando algo te dice “haz esto” y lo haces, pese a que la lógica te dicte lo contrario, el resultado va a ser bueno.

Haz experimentos y juega con tu intuición y también con la de tu familia. Si tienes hijos, involúcralos en estos juegos. ¿Qué sienten ellos sobre cierta persona, o sobre cierto lugar? ¿Les repele alguien y los demás no entienden por qué? Dales crédito a tus hijos y a su intuición, aunque sean pequeños, o mas bien, SOBRE TODO si son pequeños, ellos están más conectados con su parte sabia y sensible que con la parte lógica, y esta parte sabia es la que muchas veces a todos nos puede salvar de pasar momentos desagradables o por lo menos peligrosos.

La intuición mucho tiempo ha sido pasada por alto, en favor de la mente lógica. Pero es una fuente de información impresionante (¡95%!) que ha sido desaprovechada por la mayoría. Nos da mucho miedo no saber verbalizar el por qué queremos o elegimos tal o cual cosa. Sabemos que tenemos razón y sin embargo queremos tener evidencia tangible, concreta siempre, y esto nos roba muchas oportunidades. El excluir la intuición de nuestra vida es ir medio a ciegas. Es una capacidad de nuestra mente y de nuestro espíritu. ¿Por qué no empezar a usarla a nuestro favor?

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